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De la mediación a los Medios Adecuados de Solución de Controversias (MASC), ida y vuelta (o el mito de Sísifo)


Artículo publicado en: Anuario de mediación y solución de conflictos 2023


De la mediación a los Medios Adecuados de Solución de Controversias (MASC), ida y vuelta (o el mito de Sísifo)

De la mediación a los Medios Adecuados de Solución de Controversias (MASC), ida y vuelta (o el mito de Sísifo)


Artículo publicado en: Anuario de mediación y solución de conflictos 2023


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Recientemente se ha frustrado una iniciativa legislativa que venía a reforzar el recurso a la mediación y otros MASC en la Administración de Justicia española. Las expectativas en este segundo intento reciente de reforma legislativa eran altas por lo que el desánimo en muchos profesionales de la mediación podría parecer el legendario castigo de Sísifo. Sin embargo, tampoco está claro que tan altas expectativas estuviesen justificadas. Existe un modismo inglés que reza: “If it ain’t broke, don’t fix it”. Es decir, “si algo no está roto no lo arregles” y que se ha adaptado para convertirse en la primera regla de los programadores o ingenieros informáticos que proclaman “‘if it works don’t touch it”. Es decir, “si funciona no lo toques”. Ambas frases pueden sernos útiles para concluir que en la mediación sólo habría que tratar de arreglar o reformar lo que no funciona y aquello que funciona no habría que tocarlo.
Como sabemos, la mediación, es una institución jurídicamente normada en el ámbito internacional, nacional y autonómico, con un amplio desarrollo de experiencias, y con gran reconocimiento de los profesionales (muchos con un alto grado de capacitación teórica y práctica) que la vienen ejerciendo a lo largo de décadas, aunque siga sin corresponderse la necesidad con la demanda. La mediación precisa aprovechar la oportunidad que le brinde la nueva legislatura para que el requisito de procedibilidad le ponga en el lugar que le corresponde y para el que viene preparándose desde hace décadas ( la última con mayor consciencia).
Ciertamente, una reforma legislativa introduciendo el requisito de procedibilidad ayudaría a la mediación. Sin embargo, hay que ser conscientes de que cualquier ayuda sería inútil si del proceso de mediación no se obtuviesen la satisfacción de los intereses y necesidades de las personas medidas. Sobre el éxito de esta labor la legislación poco o nada puede hacer y en el esfuerzo para lograrlo es en el que debemos seguir perseverando sin temer que se eche a rodar al fondo del valle.

  • Leticia García Villaluenga

    Profesora titular de Derecho civil en la Universidad Complutense de Madrid

    Leticia Garcia Villaluenga es Doctora en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Premio extraordinario de Doctorado, con la tesis sobre mediación familiar. Es Profesora Titular de Derecho Civil de la UCM. Es Directora ...

  • Eduardo Vázquez de Castro

    Catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Cantabria

    Eduardo Vázquez de Castro es Profesor de Derecho Civil de la Universidad de Cantabria, Co-director del Anuario de Mediación y Solución de Conflictos, miembro del Instituto Complutense de Mediación y Gestión de Conflictos, y Director ...

Description

A legislative initiative to strengthen the use of mediation and other ADR in the Spanish Administration of Justice has recently been frustrated. Expectations for this second attempt at legislative reform were high and the discouragement of many mediation professionals could seem like the legendary punishment of Sisyphus. However, it is not clear that such high expectations were justified either. There is an English idiom: «If it ain’t broke, don’t fix it». And it has been adapted to become the first rule for programmers or computer engineers who proclaim «’if it works don’t touch it». Both phrases can be useful for us to conclude that in mediation we should only try to fix or reform what does not work, and that what works should not be touched.
As we know, mediation is a legally regulated institution at international, national and regional level, with a wide range of experiences, and with great recognition of the professionals (many with a high degree of theoretical and practical training) who have been practising it for decades, although the need and demand still do not correspond. Mediation needs to take advantage of the opportunity offered by the new legislature so that the procedural requirement puts it in the place it deserves and for which it has been preparing for decades (the last one with greater awareness).
Certainly, a legislative reform introducing the procedural requirement would help mediation. However, we must be aware that any help would be useless if the mediation process did not result in the satisfaction of the interests and needs of the persons involved. Legislation can do little or nothing about the success of this work, and it is in the effort to achieve this that we must continue to persevere without fearing that it will roll to the bottom of the valley.


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