Manresa nació en San Fulgencio (Alicante), una de las pías fundaciones que realizara el cardenal don Luis Antonio Belluga y Moneada en 1740 en la zona de la desembocadura del río Segura con el fin de drenarla y convertirla a la agricultura de regadío, al tiempo que suprimía uno de los principales focos de enfermedades y epidemias de la zona. Hoy, signo de los tiempos, la Diputación provincial y las administraciones locales se esfuerzan por luchar en la medida de sus posibilidades contra la contaminación del Segura, y San Fulgencio, corno los pueblos vecinos, es lugar de asentamiento de una nutrida colonia de turistas y residentes estables de las más diversas nacionalidades. Nos dice la literatura que Manresa era hijo de humildes labradores. Sin duda, por su lugar de radicación, no podían ser muy ricos. Tal vez hijos o nietos de los primeros asentados, en su mayoría murcianos. Fueron sus padres Diego Manresa, de Rojales, localidad también alicantina y Ana María Navarro, del mismo San Fulgencio. Sus abuelos paternos, José Manresa, de Callosa de Segura (Alicante) y Magdalena Pastor, de Rojales.