Capítulo publicado en: Derecho Administrativo e integración europea

Catastro, registro de la propiedad y suelo: acerca de la información integral e integrada de los datos registrales y catastrales

María Rosario Alonso Ibáñez

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Si se compara con nuestro entorno, el mercado inmobiliario español está plagado de situaciones peculiares. De alguna de ellas nos vamos a ocupar en este trabajo. Antes de entrar en ello debemos recordar, como es bien sabido por otra parte, que un determinado modelo de negocio inmobiliario y una legislación urbanística predispuesta para la expansión urbana han movido permanentemente en la tradición española al incremento de los precios de los productos inmobiliarios, del suelo y de la vivienda. Un modelo de negocio inmobiliario que, como destacara NAREDO, ha rentabilizado las inversiones preferentemente a través de las plusvalías derivadas de la promoción y venta a los hogares de vivienda nueva, en detrimento del alquiler. Un modelo que, por lo que se acaba de decir, incita a las administraciones públicas a financiarse compartiendo las plusvalías e ingresos asociados al desarrollo del proceso urbanizador, abriendo la puerta a los ingresos irregulares y a las prácticas corruptas, propiciando una triple alianza entre promotores, constructores y políticos locales y regionales con competencias urbanísticas, “sentando las bases para que el caciquismo prospere en torno al negocio inmobiliario”. Un modelo que tiende, por lo dicho, a forzar la construcción de vivienda nueva, ocupando nuevos suelos o demoliendo edificaciones antiguas, en detrimento de la conservación y rehabilitación del patrimonio inmobiliario existente.